Mamá: Vacuna a tus hijos preadolescentes y adolescentes contra la meningitis
Hable con el médico de su hijo adolescente sobre la vacuna antimeningocócica para ayudar a proteger su salud. La enfermedad meningocócica es una enfermedad muy grave en la cual puede ocurrir la muerte en tan solo unas pocas horas.
La enfermedad meningocócica no es muy común en los Estados Unidos, pero los adolescentes y adultos jóvenes tienen mayor riesgo de contraerla. La buena noticia es que hay vacunas aprobadas para ayudar a prevenir los tipos de enfermedad meningocócica que son más comunes en los Estados Unidos (los serogrupos «B», «C» e «Y»).
Vacunas antimeningocócicas recomendadas para preadolescentes y adolescentes
Todos los niños de 11 a 12 años deberían recibir una dosis única de la vacuna antimeningocócica conjugada cuatrivalente. Se recomienda una dosis de refuerzo a los 16 años para que los adolescentes sigan teniendo protección durante las edades en que tienen el mayor riesgo de contraer la enfermedad meningocócica. Esta vacuna ayuda a proteger contra los serogrupos «A», «C», «W» e «Y», pero no contra el serogrupo «B». Si a su hijo adolescente le falta una dosis, pídale a su médico que se la pongan ahora.
Los adolescentes y adultos jóvenes (de 16 a 23 años) también pueden recibir una vacuna antimeningocócica del serogrupo B, preferiblemente entre los 16 y 18 años de edad. Se necesitan dos o tres dosis de la vacuna antimeningocócica del serogrupo B, dependiendo de la marca de la vacuna. Se debe usar la misma marca para todas las dosis. Hable con el médico de su hijo adolescente si le interesa que le pongan la vacuna antimeningocócica del serogrupo B.
La enfermedad meningocócica y sus síntomas
Enfermedad meningocócica se refiere a cualquier enfermedad causada por las bacterias Neisseria meningitidis. Las dos enfermedades más graves y comunes causadas por estas bacterias son las infecciones del tejido que recubre el cerebro y la médula espinal (meningitis), y las infecciones del torrente sanguíneo (bacteriemia o septicemia).
Los síntomas de la enfermedad meningocócica pueden incluir la aparición repentina de fiebre alta, dolor de cabeza o rigidez en el cuello. La enfermedad puede comenzar con síntomas similares a los de la influenza (gripe), y con frecuencia también causa náuseas, vómitos, mayor sensibilidad a la luz, sarpullido y confusión. Si cree que usted o su hijo tienen cualquiera de estos síntomas, llame al médico de inmediato.
La vacuna antimeningocócica conjugada se recomienda como vacuna rutinaria a los niños de 11 a 12 años. Se necesita una dosis de refuerzo a los 16 años.
El diagnóstico y tratamiento tempranos son muy importantes. La enfermedad meningocócica se puede tratar con antibióticos (medicamentos que matan a las bacterias en el cuerpo). Sin embargo, aun con tratamiento antibiótico, entre 10 y 15 de cada 100 personas que contraen la enfermedad meningocócica morirán. Aproximadamente entre 11 y 19 de cada 100 sobrevivientes tendrán discapacidades a largo plazo, como la pérdida de extremidades, sordera, problemas del sistema nervioso o daño cerebral.
La enfermedad meningocócica se transmite de persona a persona
Las bacterias que causan la enfermedad meningocócica se transmiten de una persona a otra a través de las secreciones respiratorias (como la saliva, al darse un beso o toser) durante el contacto cercano o prolongado, en especial entre las personas que comparten una habitación o viven en la misma casa. Afortunadamente, estas bacterias no son tan contagiosas como los microbios que causan el resfriado común o la influenza. Además, estas bacterias no se transmiten por contacto ocasional o por solo respirar el aire donde ha estado una persona con enfermedad meningocócica.
Las personas pueden ser «portadoras» de las bacterias que causan esta afección sin enfermarse. Ser portador significa que las bacterias viven en la nariz y la garganta de la persona, pero que no invaden su cuerpo ni hacen que se enferme. Por lo tanto, los portadores no presentan síntomas de la enfermedad meningocócica. Debido a que las bacterias son transmitidas con mayor frecuencia por personas que son portadoras, la mayoría de los casos de enfermedad meningocócica (97 o 98 de cada 100) parecen ser casos aislados y no son asociados a otros casos.
Especial de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades
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